Glaucoma

Glaucoma es una enfermedad que produce daño del nervio óptico y perdida visual de moderada a grave. El nervio óptico está formado por más de 1 millón de fibras nerviosas que se encargan de enviar al cerebro la información visual producida en la retina.

¿Por qué se produce?

Esta relacionado con el aumento de la presión de un líquido que fluye dentro del ojo que se llama humor acuoso. Cuando el humor acuoso no fluye correctamente por alguna obstrucción, la presión intraocular aumenta.

Estudios fiables revelan que entre 4 y 10 personas de cada 100 tienen tensión ocular elevada; sin embargo, no todas ellas tienen glaucoma, puesto que la tensión ocular no es la causa de la enfermedad, sino el principal factor de riesgo.

Tipos

Dependiendo de la causa del bloqueo del flujo de humor acuoso, se puede hablar de distintos tipos de glaucoma. Los más significativos pueden ser:

  • Glaucoma agudo por cierre de ángulo: se cierra el paso del humor acuoso entre el iris y la córnea y se produce un aumento de la presión brusco con dolor agudo. Su tratamiento es urgente.
  • Glaucoma crónico o primario de ángulo abierto: El humor acuoso drena de forma más lenta y la presión aumenta de manera gradual. El 85% de los casos corresponden a este tipo.

Síntomas del Glaucoma crónico o primario de ángulo abierto

En las etapas iniciales no da síntomas de ningún tipo, por ello más de la mitad de las personas que la padecen no lo saben. Posteriormente se comienza a perder la visión periférica y poco a poco la pérdida va afectando a la visión central. Este avance se produce de forma lenta y progresiva. Por este motivo, desde que aparece la enfermedad, hasta que se tienen dificultades para leer, coser, conducir, etc., puede pasar tiempo. En este momento gran parte del nervio óptico está dañado y todo intento de recuperación es inútil.

Manejo clínico usual

Pese a ser una enfermedad tan grave, si se detecta a tiempo, en la mayoría de los casos basta un colirio para reducir la presión intraocular. La mayoría de los expertos están de acuerdo en que la mejor forma de prevenirlo es realizar exámenes periódicos en los que se evalúen: nervios ópticos, campos visuales y tensión ocular.